Ese fue la génesis de lo que se convirtió en un indeclinable esfuerzo por avanzar en nuevos materiales genéticos, llevándose a su máxima expresión en 1984, cuando ACA se incorporó de lleno a la industria de semillas híbridas mediante la creación del Primer Criadero Cooperativo de Semillas Híbridas, que se instaló en Pergamino, provincia de Buenos Aires, donde funciona además una moderna planta de procesamiento.
Como resultado de la creación de variedades exitosas, la presencia de ACA en el mercado de semillas ha crecido significativamente. Hoy el productor también puede acceder a la avanzada tecnología de ACA a través de sus diversas líneas de híbridos de girasol, maíz y sorgo.
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